Las cámaras principales del sistema OptiView van a la altura de la visera frontal, una a cada lado.

El nuevo sistema OptiView, que no es un prototipo ni una tecnología en pruebas, sino un dispositivo ya homologado.

La principal característica es que, con él, desaparecen los retrovisores tradicionales de espejo, de los que había varios en un vehículo de gran tonelaje: los laterales, cada uno con su doble espejo para controlar zona próxima y zona alejada, y el situado delante para que el conductor ‘intuyera’ lo que hay justo delante de la cabina, en ese espacio donde ni siquiera ves un coche colocado transversalmente. Y todos esos espejos son sustituidos por un sistema de cámaras que envían sus imágenes a pantallas de alta resolución ubicadas en el interior de la cabina: una en cada extremo del salpicadero (es de 12 pulgadas la del lado izquierdo y de 15 la del lado derecho), prácticamente en el punto donde el conductor miraría en busca del ‘antiguo’ retrovisor exterior.

A alta velocidad, el OptiView 'busca' más lejos, y activa un contorno amarillo en la pantalla si percibe un vehículo acercándose.

No es un sistema sustitutivo sin más, sino una mejora real, un gran avance en seguridad, porque al tiempo que elimina los ángulos muertos va más allá que las capacidades del ojo humano, pues el OptiView combina hasta tres tipos de óptica: gran angular (para ver una panorámica muy amplia de la carretera), vista normal y ‘zoom’ (para ver con más detalle). Las pantallas van variando automáticamente su campo de visión en función de la velocidad del vehículo: un ángulo más abierto si vamos despacio, una visión más concentrada y lejana cuando circulamos deprisa. Como las pantallas están dentro se evitan deslumbramientos, y como las cámaras exteriores (situadas más arriba que los anteriores espejos) están calefactadas, las condiciones climatológicas adversas no afectan a la visibilidad.

De hecho, el conductor puede usar esa visión del entorno incluso cuando no circula y el camión se encuentra estacionado (por ejemplo, en las horas de descanso, en las que la cabina es un espacio privado gracias a las cortinas que cubren parabrisas y ventanas), ya que podemos seguir controlando lo que ocurre fuera, incluso gestionando la visión de cada cámara mientras ocupamos la litera ubicada tras los asientos. Porque en mitad de la noche, y en un área de descanso sin vigilancia, escuchar un ruido sospechoso en el camión te debe crear un mar de dudas, y este ‘circuito cerrado de televisión’ te puede ayudar a despejarlas o, si los temores son fundados, a solicitar ayuda rápidamente.

Además, los asistentes se personalizan a cada tipo de camión, porque si se trata de vehículos de reparto que circulan mucho por ciudad, o incluso de camiones de basura, la dotación de radares y cámaras puede ser aún mayor para evitar los riesgos del entorno urbano, de modo que el conductor puede tener una visión de 360 grados o, incluso, a vista de pájaro.